Educación y Ciudad
Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico
https://doi.org/10.36737/01230425.n41.2021.2568

Recibido: 11 de abril de 2021; Aceptado: 6 de julio de 2021

Actitud sociocultural del estudiante universitario en confinamiento en una universidad del Perú


SOCIOCULTURAL ATTITUDE OF THE UNIVERSITY STUDENT IN CONFINEMENT IN A UNIVERSITY OF PERÚ


ATITUDE SOCIOCULTURAL DO ESTUDANTE UNIVERSITÁRIO EM CONFINAMENTO NUMA UNIVERSIDADE PERUANA

A. Chanca Flores, 1 S. Díaz Maraví, 2

Docente Asociado de la Facultad de Antropología de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Perú. Correo electrónico: achanca@uncp.edu.pe. Universidad Nacional del Centro del Perú Facultad de Antropología Universidad Nacional del Centro del Perú Peru
Docente Asociado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Correo electrónico: sdiaz@uncp.edu.pe Universidad Nacional del Centro del Perú Facultad de Economía Universidad Nacional del Centro del Perú Peru

Resumen

El presente artículo tiene como objetivo mostrar la actitud sociocultural de los estudiantes universitarios sobre el confinamiento por el COVID-19 en la Universidad Nacional del Centro del Perú. Tiene un enfoque de investigación cuantitativa y la unidad de análisis son los estudiantes de pregrado de la UNCP, donde se aplicó 292 cuestionarios usando la escala de Likert. Se concluye que la actitud sociocultural de los estudiantes universitarios de la UNCP muestra una distribución equitativa entre actitud negativa e indiferente frente a los peligros de la pandemia y el confinamiento.

Palabras clave:

Actitud sociocultural, COVID-19, confinamiento..

Abstract

This article aims to show the sociocultural attitude of university students during confinement by COVID-19 at the National University of the Center of Peru. It has a quantitative research approach, and the unit of analysis is the undergraduate students of the UNCP, where 292 questionnaires were applied using the Likert scale. Therefore, it is concluded that the sociocultural attitude of the university students of the UNCP shows an equitable distribution between negative and indifferent attitude towards the dangers of the pandemic and confinement.

Keywords:

Attitude, socio-cultural, COVID-19, confinement..

Resumo

Este artigo pretende mostrar a atitude sociocultural dos estudantes universitários sobre o confinamento pela Covid-19 na Universidade Nacional do Peru Central. Tem uma abordagem de investigação quantitativo e a unidade de análise são os estudantes universitários do UNCP, onde foram aplicados 292 questionários utilizando a escala Likert. Concluiu-se que a atitude sociocultural dos estudantes universitários do UNCP é, mostra uma distribuição equitativa entre atitude negativa e indiferente em relação aos perigos da pandemia e confinamento.

Palavras-chave:

Atitude, sociocultural, Covid-19, confinamento..

Introducción

Los estudiantes universitarios en el Perú, en su gran mayoría, hasta antes del 16 de marzo del 2020, desarrollaban sus clases de forma presencial, la que fue trastocado por la declaración en estado de emergencia nacional, y aislamiento social obligatorio declarado por el gobierno del Perú, la que conllevó a migrar apresuradamente al sistema de educación virtual. Este hecho conllevó al estudiante universitario a confinar en sus propios lugares y hogares de origen desde donde vienen desarrollando sus actividades académicas, teniendo en cuenta que son provenientes de diversos distritos, provincias, y regiones aledañas a Junín. El vivir en aislamiento social viene causando diversos cambios en la actitud y comportamiento sociocultural de los universitarios hechos que requieren ser mostrados por la condición situacional atípica que tocó vivir.

La interrogante que trata de responder la presente investigación es ¿Cuál es la actitud sociocultural de los estudiantes universitarios sobre el confinamiento por la COVID-19 en la Universidad Nacional del Centro del Perú? Teniendo en cuenta que la pandemia de la COVID-19, ha y viene causando cambios, crisis y sufrimiento como señalan, Huanca, Supo, León y Quispe (2020), porque el aislamiento social incluye vivir en confinamiento forzoso en los hogares, el distanciamiento social y el uso de mascarillas para evitar los contagios (Zhao, 2020; Ordorika, 2020) Además, se observa la migración y transformación del proceso educativo tradicional de la modalidad presencial, a una nueva modalidad virtual que algunos especialistas vislumbraban a finales del siglo XX (Cayo y Agramonte, 2020).

Según la (UNESCO, 2020), un total de 185 países suspendieron las clases presenciales en todo su territorio nacional, mientras que otros solo lo hicieron de forma parcial. Igualmente, afirman que el 90 % de la población estudiantil del mundo fue afectada, cifra que en América Latina alcanzó el 98 % (Ramón, 2020). El confinamiento que generó la pandemia obligó a una transformación pedagógica y social, donde priman nuevos escenarios y modos de vida del sistema virtual, el cual no pudo suplir a cabalidad las precariedades de la educación presencial (Aguilar, 2020).

La educación peruana no escapa de esta realidad, donde también el coronavirus cambió totalmente el panorama educativo (Velázquez, et al., 2020). Esto marcará el límite del antes y un después en la educación peruana y del mundo como refieren Arango, Chanca y Ñahuincopa (2020); un contexto donde se vienen perfilando metodologías de enseñanza-aprendizaje, para todos los niveles educativos (Puerta, 2020), que han migrado de manera obligatoria a un sistema de educación virtual, telemática o en línea, que se ha realizado desde los hogares de confinamiento.

La educación virtual en las universidades peruanas, antes de la llegada del COVID-19, era una propuesta de futuro no muy cercana, pero con esta coyuntura, se hizo realidad de forma acelerada. (Arango, et al., 2020). También cabe destacar que la educación virtual ha llegado para quedarse (Gómez y Macedo, 2011), en tanto ha roto esquemas y estilos establecidos de enseñanza-aprendizaje.

Las universidades han mostrado cambios en su funcionamiento como, por ejemplo, pasaron del trabajo presencial al trabajo remoto, los estudiantes en confinamiento también han sufrido alteraciones en su comportamiento personal, frente a sus familiares y compañeros por la COVID-19 como manifiestan, Lozano, Fernández, Figueredo y Martínez (2020). Por otra parte, las universidades de España y Reino Unido adoptaron distintas estrategias para solucionar el problema frente a la COVID-19 (Bautista y Hernández, 2020); así mismo Quintana (2020) manifiesta que la educación online en la actualidad es un gran problema en los países del tercer mundo, quienes destinan recursos irrisorios para este fin, problema que se agrava aún más en las zonas rurales.

Por otra parte, (Reynoso, 2020) muestra las limitaciones de las universidades estatales mexicanas para hacer frente a estos problemas. Britez (2020) realiza un estudio comparativo entre Paraguay, Argentina y Brasil con enfoque epistemológico, y muestra como resultado, que estos países tomaron diversas medidas para salvar el año escolar, como el haber implementado la educación a distancia. Sobre esto, Cabrera (2020) y Arriagada (2020), refieren que la educación virtual ha incrementado la desigualdad educativa lo que pone en evidencia las carencias que se han afrontado por no contar con dispositivos electrónicos.

Cerdas, Mora y Salas (2020), mencionan que es necesario adaptarse a este nuevo contexto para planificar, ejecutar y guiar la educación con trabajos colaborativos y adecuadas estrategias para este fin. García (2020) señala que la crisis sanitaria y la cuarentena decretada por los distintos países ha hecho que surja una creciente dependencia de la tecnología. Por otra parte, (Borgobello et al., 2019) indican que los docentes tienen problemas con el manejo de la tecnología sumado al deficiente servicio del internet.

La educación virtual que se brinda, exige un cambio de las estrategias pedagógicas, con otras nuevas que respondan a las exigencias del contexto, sobre el cual Fernández (2020) plantea tres brechas para los alumnos y docentes universitarios: la brecha de acceso, al no contar con internet o equipos; la brecha de desigualdad: y la brecha de capacidades y uso adecuado, lo que visibiliza la desigualdad de condiciones de los sujetos educativos (Gómez y Escobar, 2021).

Por otra parte, Escalante, Valerio y Feltrero (2020) manifiestan que el conocimiento previo de los estudiantes sobre el uso y manejo de las tecnologías facilitaron la implementación de clases virtuales, pero a la vez, estos tuvieron sobrecarga de trabajos, inadecuada implementación de cursos en línea, falta de asesoramiento y poca flexibilidad. Estos hechos como bien señalan, Rosario, Gonzales, Cruz y Rodríguez (2020) han generado estrés académico en los estudiantes universitarios. Por otro lado, el impacto que ha generado la cuarentena en los universitarios afecta en lo psicológico, lo académico, las relaciones sociales y su resiliencia. (Lozano, et al., 2020, p. 96) También (Cobo, et al. 2020) afirma que el incremento de la depresión, ansiedad y estrés, están perjudicando la salud mental de los universitarios.

Por esto, es necesario (De Morelos, et al., 2020) implementar programas de prevención, control y disminución de los efectos de la pandemia, para garantizar el bienestar y salud mental de los universitarios. También (Arriaga, 2020) se habla sobre el miedo a contraer el virus y la desconexión social que se está viviendo. Frente a este hecho (Reyes, et al., 2020) es necesario potenciar la resiliencia, el crecimiento personal y reforzar las relaciones intrafamiliares para minimizar el impacto psicosocial en la población actual. Mientras (Ramírez, et al., 2020) sugieren mantener ocupados a los estudiantes con el fin de que estén concentrados en las actividades diarias, así como en contacto permanente con familiares.

Asimismo, los medios de comunicación generaron miedo en la población; de ellos, la televisión y las redes sociales son los que mayormente causaron daño emocional. (Mejía, et al., 2020). Además, la pandemia genera una percepción de fatalismo que fue inducido por la presencia del coronavirus en 20 regiones del Perú. (Mejía, et al., 2020). Por otro lado, los rumores que se propagaban en el Perú del COVID-19, eran más rápidos que las comunicaciones que desmentían los mismos. Esto se podía observar especialmente en la redes sociales (Arroyo, et al., 2020). Como efectos del confinamiento, Oblitas y Sempertegui (2020) reportan que: “La ansiedad alcanzó al 43.3 % de participantes, 20,9 % presentan ansiedad leve, 13,4 % moderada, y 9,0 % severa” (p.5).

El COVID-19 llegó a Perú el 6 de marzo del 2020, siendo el primer caso confirmado de forma oficial. Al respecto, cada vez hay más estudios del campo psicológico, como lo realizado por Cabanillas (2020), quien señala que la actitud humana influye de manera definitiva en la transmisión del COVID-19. Otro investigador Huamaní, Timaná, Pinedo, Pérez y Vásquez (2020), advertía sobre el fracaso de las medidas tomadas por no considerar estos rubros.

Por otro lado, se dice que los jóvenes no tienen problemas tecnológicos para la enseñanza virtual, sino que sus problemas son psicológicos y pedagógicos debido al confinamiento por efecto del COVID-19 (Lozano, et al., 2020). Asimismo, los estudios sobre confinamiento se han hecho con más profusión en el campo de la psicología. Por ejemplo, se dice que en España el confinamiento provocó miedo de 4 tipos que son: “el contagio, enfermedad y muerte; la carencia de productos de consumo básicos (bienes de primera necesidad); el aislamiento social; y el trabajo y la pérdida de ingresos” (Bonifacio, et al., 2020, p. 16).

Los dos anteriores párrafos se refieren a los efectos, pero se duda mucho de eso, ya que la realidad en España era todo lo contrario, pues las manifestaciones y descontrol de la población, especialmente juvenil, indicaban que no habría pandemia.

En relación a las actitudes, en Argentina se hizo un estudio donde se plantea que la pandemia sí afectó la salud mental, provocando mayor miedo en personas mayores que en personas jóvenes, aunque en estos se manifestó tristeza y mayor consumo de alcohol; asu vez, el 90 % de la población dijo estar de acuerdo con el confinamiento (Alomo, et al., 2020). En el caso peruano, se manifiesta que la actitud de los jóvenes frente al confinamiento es asertiva, es decir, no significó un trauma o impactos negativos severos en la conducta ni tampoco respondieron en forma extrema, ya que el 54 % reporta que tuvo ansiedad leve y 39,4% ansiedad moderada, lo cual deja ver que el impacto fue a “medias” (Casimiro, et al., 2020).

Siguiendo con Perú, existe un estudio sobre la actitud de los estudiantes universitarios de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios frente a la educación virtual que se implementó en el caso peruano debido a la pandemia por COVID-19. En este, obtienen como resultado, que los estudiantes muestran indiferencia del 59,6 % (Estrada, et al., 2020). Por otra parte, en España, otro estudio dice que el impacto fue mayor en los jóvenes de bajo nivel económico ya que no tienen un acceso adecuado a las tecnologías digitales donde mayormente las clases virtuales eran asincrónicas. Así, se evidencia una percepción negativa sobre clases virtuales y rendimiento académico, pues los docentes no supieron adaptarse a las necesidades de los estudiantes (Perez, et al., 2021).

La actitud en los docentes fue distinta en relación a los estudiantes, en tanto los profesores universitarios le dieron mayor importancia a las TIC durante esta coyuntura de pandemia. Aparte de esto, mostraban actitudes de sorpresa, alegría y emociones, es decir, lo que no hicieron los estudiantes universitarios (Villen, 2020).

Otro estudio dice que la pandemia tuvo efectos negativos, en altos porcentajes, en diferentes grupos, bien sea por aspectos demográficos, o por aspectos personales, cuyas variables son: sexo, edad, nivel educativo, región geográfica de residencia, departamento de residencia, ocupación. (Sánchez, et al., 2020). Además, plantea que la pandemia ha generado costos negativos, que van desde los más leves, hasta casos graves con consecuencias imprevistas difíciles de tratar, incluso después del confinamiento (Alzamora, 2020). En esa misma línea, otro estudio afirma que, debido a la pandemia, las personas y familias tuvieron que alterar su comportamiento, expresando miedo al contagio, disminución de las relaciones sociales y cambios en la situación económica que afectó drásticamente a las familias (Pacheco, et al., 2020).

Por otro lado, se investigó las actitudes de los estudiantes en una universidad privada, cuyos resultados nos dicen que los estudiantes en un 38 % tienen una calidad de vida óptima y la actitud frente a la pandemia es positiva en un 50 % (Eguía, 2020). Igualmente, en otra universidad, también privada, se analizó la empatía en tiempos de pandemia (si consideramos la empatía como actitud). Las conclusiones del estudio dicen que los universitarios varones tienen una mejor respuesta a través de la empatía en tiempos de pandemia. (Cossío y García, 2020).

Finalmente, en la Universidad Nacional del Centro del Perú con la colaboración de otras universidades peruanas, se hizo un estudio de los efectos psicológicos de la pandemia en estudiantes universitarios de varias universidades regionales, cuyas conclusiones muestran que existen diferencias significativas de los efectos entre mujeres y varones, en los indicadores de ansiedad, somatización y evitación experiencial, excepto en depresión (Sánchez, et al., 2020).

Metodología

Para la investigación, se utilizó el enfoque de investigación cualitativa, (Fernández, et al., 2014) desde la descripción y el análisis de la actitud sociocultural que tienen los estudiantes de la Universidad Nacional del Centro del Perú frente a la pandemia generada por el COVID-19. Por otro lado, la investigación es de tipo aplicado no experimental, con el fin de mostrar la actitud sociocultural que tienen los estudiantes frente al confinamiento que han afrontado. La muestra utilizada fue de 292 estudiantes, entre hombres y mujeres.

Se utilizó la técnica de la encuesta con la escala de Likert, (Likert, 1932) con 42 preguntas, el cual fue validado su consistencia interna con el coeficiente alfa de Cronbach, (Cronbach, 1974) obteniéndose un índice de 0,92 que representa un nivel óptimo. La medida ordinal tuvo la siguiente escala: Muy malo = 0; malo =1; regular =2; bueno = 3; muy bueno = 4. Las preguntas o ítems están expresadas en las tablas que se presentan más adelante.

Para el procesamiento y análisis de datos se empleó el análisis factorial exploratorio, qué es una técnica estadística multivariante de reducción de datos cuando existen numerosas variables y no se sabe cuál de ellas es la más relevante.

Resultados

Con el fin de obtener los resultados, se realizó una encuesta a los estudiantes de las 25 facultades que tiene la universidad del nivel de pregrado, donde se usó un cuestionario de 42 preguntas y se obtuvo una muestra de tamaño 292, en una población de 12000 estudiantes en promedio.

La participación de los alumnos fue de ambos sexos, cuyas respuestas están distinguidas así: 65,1 % de mujeres y 34,9 % varones. Como se podrá observar, casi el doble de mujeres en comparación con los hombres.A su vez, se tuvo una participación de estudiantes entre 21 y 22 años promedio, es decir, jóvenes que están a media carrera y que representan más del 40 %. En general, de los 19 a los 23 años, representan más del 70 % de los encuestados.

Los resultados en términos de frecuencia de la escala de Likert fue la siguiente: un 4 % dijo que en el confinamiento le fue muy bien; un 27 % dijo que le fue bien. En tanto que el 45 % decía que le fue regular o a “medias” (indiferente), mientras que un 17% decía que le fue mal y un 8 % muy mal.

Reducción de variables

El segundo paso fue realizar un agrupamiento o reducción de variables, primero de manera discrecional y subjetiva. Esto consiste en que el grupo de investigación según criterio elige las variables más importantes y los agrupa en dimensiones que creemos subjetivamente así debe ser. Esto se confrontará más adelante con el análisis factorial exploratorio (AFE).

Tabla 1: Agrupación discrecional de las variables por componentes principales y dimensiones.

Fuente: Cuestionario elaborado por el grupo de investigación.

Análisis factorial exploratorio

Este análisis “es una de las técnicas más usadas en el desarrollo, validación y adaptación de instrumentos de medida” (Lloret-Segura, Ferreres-Traver, Hernández-Baeza, & Tomás-Marco, 2014). El procedimiento consiste en elegir mediante algoritmo las variables más relevantes de un conjunto de variables cuya importancia relativa se desconoce, lo cual mediante el análisis factorial (de factores) exploratorio (AFE) se llega a conocer. Aplicando un análisis factorial exploratorio en primera instancia, se obtiene el contraste o prueba de KMO y Bartlett, cuyos resultados son: Medida Kaiser-Meyer-Olkin de adecuación de muestreo: 0,934; Para que sea aceptable la medida o prueba KMO debe ser mayor a 0,60. En nuestro caso supera el mínimo, es decir, la muestra tomada es muy adecuada o altamente aceptable. En cuanto a la prueba de esfericidad de Bartlett tiene un p-valor de 0,000, que indica que se puede hacer el análisis factorial al conjunto de variables. Si el p-valor o significancia de la esfericidad de Bartlett supera a 0,05, significaría que no es adecuado hacer un análisis factorial para la reducción de los datos. Haciendo dichos análisis se obtiene ocho factores, pero en este caso, los factores encontrados, según las especificaciones estadísticas, son relevantes cuando el componente o factor tiene como mínimo cuatro variables, cuyos factores significativos se muestran en la Tabla 2.

Tabla 2: Matriz de factor rotado en fase exploratoria por componentes principales.

Fuente: Cuestionario elaborado por el grupo de investigación.

Como se puede observar en la tabla precedente, el análisis factorial reduce al conjunto de variables en 4 dimensiones con 22 variables. El resto de variables son irrelevantes para el análisis ya que sus coeficientes no pasan el 0,500. Dada la reducción de dichas variables, el siguiente paso es evaluar qué tipo de actitud adoptó el estudiante en dichos factores. El resultado para todas las dimensiones se presenta en la Figura 1.

Actitud sociocultural de estudiantes universitarios sobre confinamiento por COVID-19

Figura 1: Actitud sociocultural de estudiantes universitarios sobre confinamiento por COVID-19

Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de pregrado de la Universidad Nacional del Centro del Perú

en la Universidad Nacional del Centro del Perú

De la Figura 1 se observa que el estudiante adoptó una actitud mayormente indiferente frente a las decisiones de las autoridades y frente al uso de las TIC (dimensión 1). Esto significa que para los alumnos, la enseñanza virtual no es considerada un problema, dado que son de la generación digital o sociedad 2.0 (Vásquez, 2010).

Asimismo, el cambio del tipo de enseñanza de presencial a virtual (dimensión 2) no fue un problema para los estudiantes, ya que en su mayoría lo tomaron con indiferencia, aunque un 31,5 % respondió de manera negativa, ya sea por la falta de medios tecnológicos o recursos económicos. Respecto a la dimensión 3, se puede inferir que el confinamiento fue tomado de una manera bastante negativa. Finalmente, en relación a la dimensión 4, se observa que los estudiantes han sido indiferentes frente a los medios de comunicación y las redes sociales. Esto quiere decir que no confían en las noticias ni en los mensajes que hay en los medios.

En general, la actitud de los estudiantes en confinamiento, producto de la pandemia, fue de indiferencia, seguido de una actitud negativa. Es decir al 37,2 % le afectó el confinamiento; esto se relaciona con que los estudiantes le dieron más importancia al aspecto personal, o sea, sus actitudes frente al COVID-19. En cambio, las actitudes de menor importancia, fueron frente al uso de las plataformas virtuales, en tanto ya conocían las TIC, o bien no fue nada angustiante. Además, pertenecen a la generación de los “millennials” o sociedad 2.0. Las demás actitudes tienen casi el mismo tipo de respuesta. De allí que, para los encuestados, la pandemia tuvo un efecto más o menos regular, en tanto no les afectó mucho, ni tampoco les mejoró la situación. En síntesis, todo a “medias”.

Escalamiento multidimensional

Por otro lado, se realizó un escalamiento multidimensional para observar las percepciones según las variables que se han agrupado siguiendo la reducción subjetiva o discrecional (donde hay 6 factores o dimensiones). Estos resultados se reflejan en la Figura 2.

Escalamiento multidimensional según dimensión discrecional.

Figura 2: Escalamiento multidimensional según dimensión discrecional.

Fuente: Encuesta aplicada a los estudiantes de pregrado de la Universidad Nacional del Centro del Perú

En la Figura se observa que la variable más relevante es la que pertenece a la dimensión personal y se trata de la influencia del confinamiento en los hábitos de vida, donde un 44.9 % manifiesta que el confinamiento afectó a sus estilos de vida de manera regular o a “medias”. Pero también esta herramienta estadística nos dice que el confinamiento afectó principalmente al aspecto o dimensión personal, ya que de las 10 variables de esta dimensión, 6 son relevantes (X4, X9, X8, X7, X10, X6) como se muestra en la Figura. Ahora bien, al hacer el baremo respectivo se tiene que en términos definitivos, el confinamiento por COVID-19 afectó negativamente a los estudiantes de la UNCP más en el aspecto personal, mientras un 42 % manifestó que su actitud fue negativa frente al confinamiento aunque un 31 % manifiesta que lo tomó de manera indiferente.

Finalmente, los resultados encontrados sobre la actitud sociocultural de los estudiantes universitarios sobre el confinamiento por la Covid-19 en la UNCP coinciden con Casimiro Urcos (2020); ya que, en dicho estudio, los alumnos también manifiestan que los impactos y actitudes frente al COVID-19 fueron a “medias” o regular. Pero es opuesto al estudio que se realizó en la Argentina, donde se refiere que la población tuvo una aceptación al confinamiento en un 90 %, a diferencia del estudio realizado que reporta un resultado del 37,3 %. Así mismo, con la investigación de Estrada, Gallegos, Mamani y Huaypar (2020), coincidimos, ya que ellos también concluyen que los estudiantes son indiferentes en un 59,6 % frente a la pandemia. Igual sucede con respecto al estudio de Eguía (2020) que dice que los estudiantes mostraron una actitud positiva de un 50 % frente a la pandemia. Es decir, no les afectó de manera negativa porque muchos de ellos tienen buenas condiciones económicas.

Conclusiones

La actitud sociocultural que muestran los estudiantes universitarios de pregrado es una distribución equitativa, en promedio, de indiferencia (37,25 %) y una actitud negativa (37,25 %) frente al confinamiento generado por el COVID-19 en la Universidad Nacional del Centro del Perú. Esto quiere decir que en promedio un 23 % respondió positivamente. Todo esto, nos lleva a plantear que el confinamiento por el COVID-19 tuvo en los estudiantes una actitud de respuesta entre indiferencia y actitud negativa. Según los resultados, la indiferencia significa que los estudiantes no perciben los peligros del virus y que ellos sean posibles portadores asintomáticos del mismo, generando riesgos en sus entornos socioculturales.

Según las dimensiones estudiadas, los estudiantes de la UNCP tenían una formación marcada por la presencialidad, que intempestivamente migró a la virtualidad por la pandemia COVID-19 y la decisión de autoridades universitarias de no perder el año académico. Acto que tuvo influencia relativa en los estudiantes por el uso y manejo de las TIC. La actitud frente al confinamiento fue negativa según las encuestas.