Un reto que no da espera
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Abstract
Si el sistema educativo colombiano desea mejorar de manera
profunda, pertinente y continua para alcanzar altos niveles de
desempeño debe invertir en su cuerpo docente1.
Cuando en nuestro país se habla de los retos que debe enfrentar
la educación para contribuir a lograr un mejor estado de
bienestar para la población surgen innumerables respuestas,
entre las que se incluye también el tema de los educadores,
pero desde perspectivas que terminan diluyendo la figura del
educador.
Es imperioso no desviar la atención que se debe prestar a por
lo menos cuatro elementos que tienen que ver con esa inversión
que se debe llevar a cabo sobre el personal docente.
En primer lugar, se requiere que los profesionales de la
educación reciban una remuneración que sea consecuente
con la enorme responsabilidad que entraña su ejercicio, las
complejas funciones que les exige un mundo en continuo
cambio y las no pocas veces en que el desarrollo de su labor
ocupa tiempo de su vida privada.