El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad Investigative work at school: between pandemic breakdowns and the demand for respect and useless

Contenido principal del artículo

Cristian Andres Verano Camayo
Angie Quimbay-Rincón

Resumen

Este documento presenta la experiencia del Semillero Estudiantil de Investigación Tecnomediados (SEIT), el cual contó con el apoyo del programa Ondas de MinCiencias durante el año 2020 y que se desarrolló en la Institución Educativa Acción Comunal de Fusagasugá en el departamento de Cundinamarca con la participación de estudiantes de secundaria. El estudio que aquí se expone tiene un carácter narrativo-descriptivo, por cuanto se reivindica la experiencia personal y social como catalizadora del ejercicio continuo de repensar el devenir educativo. Se pondrá especial atención a la relación entre el quehacer pedagógico desde la formación de habilidades para la investigación, así como en las nociones de respeto a partir de Richard Sennett y la de comprensión desde Hannah Arendt, considerando además la lectura sobre la in(utilidad) realizada por el profesor Nuccio Ordine, con el fin de rescatar el carácter potenciador de lo presuntamente inútil. Lo anterior, enmarcado en los quiebres que impuso la pandemia en el mundo educativo. 

This document introduces the experience from the student research seedbed named Tecnomediados which had the support of the Ondas de MinCiencias program during 2020 and it was developed at the Institución Educativa Acción Comunal de Fusagasugá in the department of Cundinamarca with the participation of high school students. The study presented here has a narrative and descriptive nature inasmuch as personal and social experience is claimed as a facilitator of the continuous exercise of rethinking the educational future. Special attention will be paid to the relationship between pedagogical work from the formation of research skills as well as the notions of respect by Richard Sennett. Notions of understanding by Hannah Arendt are also considered the same as the reading about the (useless) made by Professor Nuccio Ordine emphasizing on the concept of the presumably useless, considering the breakdowns imposed by the pandemic in the educational world.

Palabras clave:
investigación, escuela, pandemia, respeto, (in)utilidad
research, school, pandemic, respect, useless

Dimensions

PlumX

Visitas

966

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Recibido: 12 de abril de 2021; Aceptado: 6 de julio de 2021

Resumen

Este documento presenta la experiencia del Semillero Estudiantil de Investigación Tecnomediados (SEIT), el cual contó con el apoyo del programa Ondas de MinCiencias durante el año 2020 y que se desarrolló en la Institución Educativa Acción Comunal de Fusagasugá en el departamento de Cundinamarca con la participación de estudiantes de secundaria. El estudio que aquí se expone tiene un carácter narrativo-descriptivo, por cuanto se reivindica la experiencia personal y social como catalizadora del ejercicio continuo de repensar el devenir educativo. Se pondrá especial atención a la relación entre el quehacer pedagógico desde la formación de habilidades para la investigación, así como en las nociones de respeto a partir de Richard Sennett y la de comprensión desde Hannah Arendt, considerando además la lectura sobre la in(utilidad) realizada por el profesor Nuccio Ordine, con el fin de rescatar el carácter potenciador de lo presuntamente inútil. Lo anterior, enmarcado en los quiebres que impuso la pandemia en el mundo educativo.

Palabras clave:

investigación, escuela, pandemia, respeto, (in)utilidad..

Abstract

This document introduces the experience from the student research seedbed named Tecnomediados which had the support of the Ondas de MinCiencias program during 2020 and it was developed at the Institución Educativa Acción Comunal de Fusagasugá in the department of Cundinamarca with the participation of high school students. The study presented here has a narrative and descriptive nature inasmuch as personal and social experience is claimed as a facilitator of the continuous exercise of rethinking the educational future. Special attention will be paid to the relationship between pedagogical work from the formation of research skills as well as the notions of respect by Richard Sennett. Notions of understanding by Hannah Arendt are also considered the same as the reading about the (useless) made by Professor Nuccio Ordine emphasizing on the concept of the presumably useless, considering the breakdowns imposed by the pandemic in the educational world.

Keywords:

research, school, pandemic, respect, useless..

Resumo

Este artigo apresenta a experiência do Semillero de Pesquisa Estudantil Tecnomediados (SEIT), o qual foi apoiado pelo programa Ondas de MinCiencias durante 2019 e se desarrolhou na Instituição Educacional de Acción Comunal de Fusagasugá no departamento de Cundinamarca com a participação dos alunos de secundária. O estudo que se expõe, tem um caráter narrativo-descritivo, por quanto reinvindica a experiência pessoal e social como um catalisador para o exercício contínuo de repensar o devir educacional. A atenção especial será dada à relação entre o trabalho pedagógico a partir da formação de habilidades de pesquisa, assim, como as noções de respeito de Richard Sennett; e a compreensão de Hannah Arendt, considerando, alem disso, a leitura sobre a (in)utilidade realizada pelo professor Nuccio Ordine, resgatando nas últimas o caráter empoderador do presumivelmente inútil. O exposto se enquadra nas rupturas que a pandemia impôs no mundo educacional.

Palavras-chave:

pesquisa, escola, pandemia, respeito, (in)utilidade..

Introducción

Una oblea de barro, un puñadito de polvo. Una vida feliz es la que no precisa de milagros.

NADIEZHDA MANDELSTAM

Contra toda esperanza

Expectativas, exploraciones y quiebres pandémicos

Hacia el final del año 2019, cuando los efectos de la pandemia por COVID-19 se ensañaron con la lejana China, y por eso mismo, las noticias -un tanto confusas cuando no exóticas- que llegaban parecían dar cuenta de un fenómeno ajeno por lo distante tanto en lo geográfico como en lo temporal, MinCiencias hizo pública una convocatoria para su reconocido programa Ondas, enfocada en el departamento de Cundinamarca. Hasta entonces no alcanzabamos a imaginar los cambios que consigo iba a traer este virus surgido aparentemente en un lugar recóndito, cuya presencia y propagación ha arrojado al mundo a una interrupción de la vida tal como la conocíamos antes.

Por ello, la decisión de presentar una propuesta a la convocatoria del programa Ondas estuvo motivada inicialmente por fortalecer el espacio edu-comunicativo de la emisora escolar, apenas en ciernes por su reciente constitución. Su protagonismo se limitaba a ser la banda sonora ininterrumpida durante los descansos de estudiantes y docentes. Sin embargo, su puesta en marcha representaba un escenario de posibilidades en términos de exploración pedagógica desde lo sonoro y, por supuesto, desde lo dialógico. Entonces, de este lugar físico como la vida, al decir del poeta José Watanabe a quien nos recuerda la también poeta Piedad Bonnett (2000, 2013) en el sentido de una visión del mundo que vincula la “serena emoción del tiempo, la dicha de estar vivo y la contemplación de la gente en sus rutas solitarias que no siguen como los planetas una órbita prevista” (Bonnett, 2000)... de esta suerte de facticidad vital surgió el Semillero Estudiantil de Investigación Tecnomediados (SEIT).

No obstante, la realidad escolar tuvo una inflexión determinante hacia la segunda semana del mes de marzo del año 2020 en Colombia y en buena parte del mundo, lo que llevó a nuestro proyecto SEIT a navegar por las rutas del aprendizaje remoto y la virtualidad. Lo que en un principio parecía ser un estado de excepción, pronto se transformó en un trasegar cotidiano, impuesto y muchas veces autoimpuesto, en el cual nos vimos sumergidos por causa de una situación de pandemia global y para la que ningún sistema educativo del mundo estaba preparado. Tal como cuando éramos niños y resbalamos por primera vez en la piscina: todo se tornaba bruma, aturdimiento; los segundos parecían años; las distancias insalvables; y el agua se asomaba como amenaza sin encontrar asidero alguno por más que quisiéramos. Con todo, y a pesar de los temores, logramos salir a flote. Queda la experiencia, el aprendizaje, aunque también la duda.

Este documento es uno de los resultados de este ejercicio de aprendizaje que implicó tratar de promover habilidades investigativas en niños, niñas y jóvenes escolares en medio de la pandemia. En este sentido, el propósito esencial aquí es tratar de urdir un conjunto de reflexiones orientadas a rescatar el cultivo del respeto y lo inútil dentro del quehacer pedagógico, e intentar definir, y por qué no, reivindicar estos elementos como catalizadores de las aproximaciones a manera de ejercicios de investigación que se adelantan al interior del escenario escolar. Aunque en ningún momento se pretende erigir esta experiencia como modelo, ya que se entiende la especificidad que adquiere el devenir educativo e investigativo, así como las configuraciones propias de cada comunidad y entorno; algo que el universo educativo rescata permanentemente.

La anormalidad que trajo consigo y que fue imponiendo la pandemia se prolongó en el tiempo y el espacio abruptamente, confinando los cuerpos, a la vez que empujaba a las comunidades a utilizar -sí o sí- los medios virtuales. Todo ello, esparcía incertidumbre y desconfianza frente a la cercanía y el espacio del afuera, mientras se divulgaba que las esperanzas estaban puestas en el pronto desarrollo de vacunas a cargo de los países desarrollados. Se profetizaron cambios drásticos que con el tiempo se fueron diluyendo en medio de la rutina monótona y prolongada que implicó el encierro, en el mejor de los casos, y la enfermedad y la muerte en los más dramáticos. Se habla de quiebres porque más allá de la interrupción que tuvieron las actividades del día a día, el curso de la vida en cierto modo hizo una pequeña implosión hacia adentro. Valdría decir: hasta la raíz.

Así pues, en primer lugar, se describe la experiencia del SEIT en cuanto a su enfoque y dinámicas en el marco de lo que se vino a denominar Programa Ondas en Casa, una suerte de adecuación y adaptación del proceso de Ondas a la inédita realidad pandémica. En segundo lugar, se expone la construcción del recorrido o lo que sería la metodología. Y, en tercer lugar, se describen los principales hallazgos o resultados, si es que se les puede dar este nombre, tan cercano a las pruebas de laboratorio. Por último, se presenta el panorama teórico que alimenta las reflexiones a manera de discusión, las cuales apuntan básicamente a tres elementos: el respeto, el quehacer investigativo y lo inútil ; reivindicando así, la urgente necesidad de abrir espacios dentro del escenario escolar que estén más allá de lo académico y posibiliten la exploración de sensibilidades, afectividades, emociones, corporalidades, así como todo ese complejo y valioso tejido que nos hace seres humanos.

Confluencias, avistamientos y sombras de la investigación

El programa Ondas de MinCiencias (antes Colciencias) es una de las iniciativas más fructíferas en cuanto al desarrollo de habilidades investigativas en estudiantes y docentes de básica y media dentro de las instituciones educativas oficiales del país. Esto lo han confirmado diversos trabajos de grado en el nivel de maestría como Buitrago (2017) y Arboleda, Castaño y Jiménez (2016) hasta estudios adelantados por entidades como Fedesarrollo (Nuñez, 2017). Así, a través de una organización descentralizada y con la participación de diferentes actores, el programa genera un impacto positivo en los territorios, toda vez que se convierte en una posibilidad para pensar en los desafíos que enfrentan los contextos particulares de niños, niñas y jóvenes, así como las maneras de comprenderlos, abordarlos y proyectarlos en un trabajo que busca la articulación y cooperación de estudiantes, docentes, directivos docentes y profesionales que asesoran y acompañan el proceso en todo su desarrollo.

No se hará una descripción pormenorizada de lo que es el programa Ondas, ya que esta información se puede consultar fácilmente en la página web de Minciencias1. Más bien, de lo que trata este apartado es de acotar el proceso particular del SEIT dadas las condiciones que impuso la pandemia, lo cual se tradujo en un reto importante, sobre todo si se tienen en cuenta las dificultades de conectividad y de acceso tecnológico que tienen los estudiantes de las instituciones educativas oficiales del país; dificultades que en ocasiones también se extienden a los docentes, en especial, cuando están en un contexto rural.

Para comenzar, el entusiasmo que produjo formar parte de las 75 propuestas que fueron seleccionadas en el departamento de Cundinamarca para el año 2020, resultó ser un catalizador de planes en torno al campo comunicativo en la institución, escenificado en la emisora escolar. Ahora bien, el resultado de la convocatoria supuso enfrentar el escenario concreto que significó asumir nuevas responsabilidades e itinerarios, así como también el trabajo que implicó ponerse de acuerdo, aun cuando confluyen intereses diversos; algo inherente a la experiencia humana.

Fue así como en febrero se comenzó a adelantar un proceso de acercamiento a lo que significaba formar parte de Ondas Cundinamarca -ahora sí oficialmente-, de modo que los estudiantes identificaran de manera más clara el propósito trazado, el cual se orientaba a potenciar el escenario de la emisora escolar como espacio educomunicativo. A ellos les llamó mucho la atención la idea, pues, se trataba en algunos casos, de verse a sí mismos como DJ en ciernes; también hubo quien se imaginó siendo un youtuber en el futuro, viendo en esta su oportunidad para hacer escuela. Aparecía así un horizonte prometedor.

Sin embargo, al finalizar la segunda semana del mes de marzo, el fantasma de la cuarentena abandonó su forma espectral para materializarse y cobrar forma en el cierre de la institución educativa, tal como sucedía en todas las del país. Entonces, una realidad inédita sobrevino el viernes 13 de marzo, la cual puso entre paréntesis el devenir cotidiano de la sociedad y las personas. Ahora lo social parecía estar en suspenso, los rituales o las prácticas que necesariamente llevan al contacto -en ocasiones inadvertido- con los otros, de un momento a otro se transformaron en amenaza y peligro. Fue paradójico que en ese último día de clases presenciales se haya llevado a cabo la elección del gobierno escolar: personera, contralor , vigía ambiental y representantes de los estudiantes, iban a venir a tomar un cargo bajo condiciones totalmente enrarecidas y difíciles de explicar.

En ese momento se pensó que el proceso de Ondas iba a seguir el curso del confinamiento, la ruptura o el aplazamiento, dado el enorme reto que significaba adelantarlo en esta nueva realidad. No obstante, los líderes del programa realizaron consultas referentes al contexto de las comunidades de acuerdo con los distintos municipios e instituciones participantes y lograron elaborar adecuaciones y ajustes tratando de dar respuesta a las condiciones educativas del sector oficial en el país, marcadas muchas veces por el rezago tecnológico, la carencia de docentes, la falta de infraestructura y materiales educativos, las distancias que imponen cordilleras y ríos, o bien, de forma lamentable, la pobreza como el abandono y el olvido. Todo ello se veía ahora recrudecido por una pandemia que se extendía hora tras hora y que llegaba para develar sin cortapisas una enorme desigualdad marcada por carencias de siglos y siglos y siglos.

A pesar, o justamente debido a todo esto, el programa continuó, lo que representó una alegría y un motivo más para redoblar esfuerzos, afianzar compromisos y pensar estrategias para estrechar los vínculos, trenzar los sueños y anudar las expectativas mencionadas antes, que ahora tendrían que estar mediadas -aún más- por la tecnología y la virtualidad; no por vocación o consenso sino porque la pandemia imponía estas condiciones y ella no conoce de consultas previas ni acuerdos, pues, como fenómeno masivo y total, se va abriendo camino sin reconocer obstáculo alguno.

Metodología

Ser vistos y escuchados: ¿cómo se configuró nuestro recorrido?

En la entrevista televisada que Hannah Arendt le concediera a Gunter Gaus en el año 1964, la autora de Los orígenes del totalitarismo, hace la siguiente afirmación: “no creo que ningún proceso de reflexión resulte posible sin experiencia personal. Todo pensar es un repensar, un repensar la cosa misma” (Arendt, 2010, p. 63). En este sentido, la apuesta metodológica que se trazó este artículo no es otra que la de una lectura en aras de comprender el devenir de nuestra apuesta investigativa escolar en clave autoanalítica, si se quiere. Por ello, durante todas las líneas anteriores se menciona una y otra vez la pandemia que sobrevino por cuenta del COVID-19 en el país y el mundo, porque como es lógico y perfectamente entendible, ésta supuso e impuso una serie de condiciones que hicieron posible algunas reflexiones a propósito de esta investigación, pero que simultáneamente imposibilitaron otras cuestiones referidas; por ejemplo, al trabajo de campo, a la interacción interpersonal presencial o al trabajo in situ en la institución educativa. Resulta fundamental no perder de vista estas condiciones de posibilidad, porque ellas orientaron y casi moldearon el estudio de una manera bruscamente peculiar, toda vez que valdría la pena preguntar si en el año 2020 hubo algo que no lo fuera.

Este texto sólo pudo ser posible por la participación en un proyecto apoyado e impulsado por Minciencias, pero también porque la pandemia de la misma manera que inhibió muchas dimensiones de la vida, simultáneamente puso sobre la mesa una serie de reflexiones ciertamente novedosas que incitaban al pensar y también al atrevimiento, académicamente hablando. De esto dan cuenta una avalancha de publicaciones desde todos los campos del saber y desde las intersecciones inter y transdisciplinarias que llegaron prontamente. Por ello, en lo particular, el hecho de permanecer casi la totalidad del tiempo en casa, permitió realizar lecturas pendientes. Pero no solamente de libros, sino también de imágenes, gestos, ideas, motivaciones y silencios propios.

Debido a esto, al menos el 80% de las referencias bibliográficas retomadas en este documento fueron leídas y profundizadas en medio de la cuarentena. Algo que influyó también en el tono de este documento, un poco alejado del academicismo y centrado en dimensiones que se aproximan a los afectos, las emociones, las impresiones o las dudas, todos estos aspectos que forman parte de los hilos que trenzan el tejido humano. En este sentido, se recurre a un enfoque cualitativo para adelantar el estudio, apuntando a que fuera lo más abierto posible al diálogo y a la construcción colectiva. Por eso, este documento escrito a cuatro manos se halla tamizado por las experiencias personales de quienes participaron en este proceso, porque al fin y al cabo siempre se está repensando.

Entonces, se estableció la ruta de trabajo de acuerdo con tres módulos y sobre todo teniendo en cuenta el nivel de conectividad de los estudiantes, toda vez que este era (es) un factor determinante de cara al propósito del proyecto. Fueron varios los jóvenes que, en razón de su nula conectividad, no pudieron continuar en el proceso, circunstancia que no solo evidencia las condiciones tan difíciles que supone tratar de seguir aprendiendo cuando la falta de recursos es abrumadora, sino que además nos interpela como sociedad, pues nos señala una desigualdad persistente2. Pese a que solamente cinco estudiantes continuaron y concluyeron el proceso del año 2020 (frente a los 20 inscritos inicialmente), los aprendizajes, los afectos y las experiencias siguieron su curso, demostrando que los tejidos no se construyen dependiendo de lo numeroso que sea un grupo, sino del compromiso, la solidaridad y el respeto que manifiesten sus integrantes.

Además, ello acabó siendo una ventaja, pues resultaba muy cómodo acordar tiempos de encuentro o asignación de tareas y responsabilidades. Esto también demuestra que con todas las dificultades que muchas familias cargan a cuestas y que se han agudizado por cuenta de la pandemia, los niños, niñas y jóvenes continúan urdiendo sueños que tienen que ver con un mejor futuro para sí mismos. En este sentido, adviene una enorme responsabilidad como sociedad relacionada con abrir y enriquecer espacios que signifiquen posibilidades reales para que broten y florezcan esos sueños.

Las condiciones de adaptación del devenir mismo del programa Ondas, y de SEIT en particular, hicieron que el grupo se distanciara de los módulos que el programa había diseñado y proyectado inicialmente. Esto no respondió a la terquedad ni mucho menos, sino que atendió a las circunstancias especiales de los estudiantes, y por tanto, a su curiosidad e intereses que, como todo acto creativo o investigativo, debe privilegiar la libertad de acción y darle lugar también a lo inesperado, a la espontaneidad, e incluso, por momentos, a la incertidumbre. Se trata de un conjunto de elementos que son inherentes al trasegar humano y que a menudo son vistos de soslayo e incluso son tildados de inconvenientes, pero que, observando campos como el arte, las humanidades y hasta las ciencias exactas, han sido el motor de innumerables iniciativas totalmente impensadas en un principio.

Fue así, conjugando la curiosidad con la duda; pronunciando la palabra, pero también admitiendo el silencio; observando los gestos y profiriendo muletillas, como se desarrolló la “Feria Departamental Ondas 2020”. Todo un logro que provocó suspiros entre los estudiantes: “¡estamos siendo vistos y escuchados!”. El entusiasmo fue desbordante y las dudas que llegaron por parte del jurado fueron respondidas con inventiva, de pronto con algo de grandilocuencia, propia de la exaltación del momento, pero también del deseo de hacer un buen trabajo, de ser consciente y saberse a sí mismo como co-creador de algo bien hecho; esto, como se verá, se relaciona mucho con el respeto. Y es que, trayendo otro texto, los niños, niñas y jóvenes necesitan de espacios desde los cuales puedan enunciarse, y los adultos, por nuestra parte, debemos dotar de importancia estos espacios sin quitarles sus particularidades propiamente infantiles y juveniles (Verano, 2018).

Justamente, teniendo como propósito sustantivo esto último, la continuidad del proyecto es un hecho, independientemente de que sigamos o no teniendo el acompañamiento del programa Ondas, porque se trata de una responsabilidad de primer orden vinculada con el quehacer pedagógico y la perspectiva de vida. Se trata de construir y abrir posibilidades (desde el aula física o virtual) que hunden sus raíces en la exploración investigativa, que no es otra cosa que impulsar la curiosidad que a niños, niñas y jóvenes les es tan natal. Tal como señala Hannah Arendt (2005) en La condición humana con la noción de natalidad, todo ser humano tiene la posibilidad de iniciar algo nuevo; reconocerlo y promoverlo significa formar en lo sensible y en lo político, algo que se advierte en la respuesta de los estudiantes, quienes lo han demostrado suficientemente. Una razón que basta.

Resultados y discusión

Respeto: entre el reconocimiento y la comprensión

Las reflexiones sobre el respeto son un territorio amplio que ha sido recorrido por disciplinas tan distintas como la ética, la ciencia política, la sociología, la filosofía, la antropología o la pedagogía. Se trata de un bien muy preciado dentro de las sociedades, pues dijéramos, contribuye a su convivencia y desarrollo. La cuestión que se abordará en este apartado tiene que ver con la manera en que el desarrollo de habilidades para la investigación en la escuela puede contribuir a formar seres humanos más respetuosos, lo cual no es poco decir, ya que, como se verá, el respeto comporta diferentes dimensiones que incluyen a la persona, así como la percepción y valoracion que tiene sobre sí misma, pero también a las relaciones que establece con los demás. Es pues, si se quiere, un bien socialmente individual.

Dentro del día a día en el mundo escolar, las acciones se debaten continuamente en una suerte de dualidad en términos de visibilidad/invisibilidad. El estudiante que entre dientes recuerda la tarea pendiente reclama ser escuchado y evaluado por su profesor, al tiempo que su disimulo y siseo procura pasar desapercibido frente a sus pares. En las primeras páginas de su libro El respeto: sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad, Richard Sennett (2012) ofrece un acercamiento a lo que fue su infancia en Cabrini Green, un conjunto de viviendas baratas, como él mismo las llama, ubicado en Chicago. Además de la descripción que brinda, la cual muestra claras tensiones de orden social y racial en Cabrini, interesan aquí al menos dos aspectos. En primer lugar, el valor pedagógico que cobra el echar la vista y los recuerdos hacia atrás para matizarlos en el hoy, pues Sennett presenta una mirada sociológica que está atravesada por la vivencia de sus años infantiles de aquella época. En segundo lugar, una de las conclusiones que asoman al final de su relato, se relaciona con la falta de respeto como producto de la invisibilidad social. “Allí fue donde la gente experimentó esa particular falta de respeto que consiste en no ser vista, en no ser tenida en cuenta como auténticos seres humanos” (Sennett, 2012, p. 26).

En este sentido valdría la pena, por un lado, rememorar la vida infantil, juvenil y familiar con el fin de pasarla por el tamiz del hoy, ahora que tanto protagonismo han cobrado campos como el de la memoria histórica o la biografía en las prácticas educativas y en los esfuerzos encaminados a la reconstrucción del tantas veces roto tejido social de las comunidades del país. Esto puede significar una apuesta no solo contraria a la desmemoria sino sobre todo una posibilidad para hallarle sentido a la vida como esa capacidad de sobreponerse a las dificultades del pasado3. Por otro lado, este ejercicio le pondría relieve al amor propio que, según Jordi Graupera (2020), “supera la necesidad sin negarla. Te ahorra la humillación y la soledad, es decir, te permite acercarte a los demás” (Graupera, 2020, p. 55).

Siguiendo a Sennett (2012), existe toda una serie de condiciones sociales que van desde la comparación denigrante hasta la desigualdad de talento o de habilidades, que pueden contribuir a una escasez de respeto, según sus mismas palabras. Para atenuar o combatir tal escasez, el autor propone distintas acciones y estrategias, tanto sociales como individuales, que pueden redundar en relaciones más horizontales y consideradas entre las personas. Importan aquí al menos dos de ellas: la autonomía y el acto narrativo, ya que el sociólogo estadounidense brinda una mirada pertinente y fructífera de estas dos nociones relacionadas con el respeto, lo cual se ajusta a los propósitos de este artículo.

Para abordar la autonomía, haciendo uso de su vasta erudición, Sennett recorre una variedad de disciplinas entre las que se encuentra la psicología. Enseguida se realizará una pequeña paráfrasis de su exposición. En este sentido trae a Winnicott (1958), quien al igual que otros colegas suyos, comprendió la autonomía como “la capacidad de tratar a otras personas como distintas de uno mismo” (Sennett, 2012, p. 127). Resulta especialmente tierno el ejemplo que emplea, pues cuenta como para Winnicott la experiencia de la autonomía referida a otra persona puede ser la que tiene el niño al tocar con sus dedos la piel de su madre y percatarse de que es distinta, de que no es la suya, porque la siente diferente. Entonces la autonomía es la fuerza del carácter que se basa en las percepciones de los demás, “esto quiere decir que se trata de una diferencia que, antes de aislar, establece una relación entre personas, pues el niño que desarrolla autonomía puede ver y comprometerse fuera de sí mismo” (Winnicott, 1958, en Sennett, 2012, p. 127).

Como señala Sennett, la mirada de Winnicott sobre la autonomía es reveladora por cuanto arroja luz sobre el ejercicio de conceder autonomía a los demás, lo cual tiene estrecha relación con el respeto mutuo. La autonomía es un proceso que cambia permanentemente pues está asociada a la subjetividad y depende en buena medida de las condiciones sociales que también son cambiantes. Así pues, la autonomía se construye con arreglo a la conexión, como la denomina Sennett, que se produce al “sentir que tú y yo hemos tenido la misma experiencia” (2012, p. 128), aunque obviamente con matices y los detalles que la hacen una experiencia particular. En las sobrecogedoras palabras del autor: “al percibir cómo difieres de mí, sé más acerca de quién soy yo como persona distinta” (p.128).

Al representar la autonomía, quizá el instrumento del péndulo nos sea bastante útil, ya que se trata de un ir y venir que se mueve entre la identificación y la diferenciación. A su vez, la energía que genera este impulso movilizador se renueva permanentemente, pues, al fin y al cabo, su re-emergencia anida en la subjetividad. Justamente en el complejo entramado de las relaciones humanas, la autonomía también se traduce en la aceptación de que yo no pueda entenderte. “De no producirse esta aceptación, una familia se disgregaría, pues toda comunicación se homogeneizaría y lo que los padres o los hijos aprendieran de sus experiencias mutuamente inconmensurables quedaría mutuamente excluido” (Sennett, 2012, p. 129).

Siguiendo la senda recorrida por Richard Sennett (2012), el segundo aspecto que vale la pena abordar brevemente para concluir esta sección tiene que ver con la narración como comprensión. Sin duda los planteamientos de Sennett al respecto están fuertemente influenciados por predecesores suyos como Walter Benjamin y Hannah Arendt. De tal modo, es posible trazar convergencias que resultan no solamente evocadoras, sino que también impulsan el carácter dialógico in crescendo del conocimiento.

En este sentido, para Sennett la narración entraña una especie de incertidumbre conformada porque “el narrador abandona su posición sin proponérselo, el oyente interioriza algo oscuramente pertinente; abandonar la posición personal suele estimular una repentina y consciente comprensión en ambos interlocutores” (Sennett, 2012, p. 247). Esta suerte de intercambio incierto configura el respeto mutuo, donde la narración lo único que pide es ser escuchada. En esta misma constelación argumentativa, Arendt (2005) se refiere a la esfera de los asuntos humanos como ese espacio entre en el cual aparecemos ante los demás; se trata de la urdimbre construida por las relaciones humanas que acontecen donde quiera que los seres humanos viven juntos. Así pues, con Arendt comprendemos que el quién, se revela en la palabra y en la acción.

Finalmente, se ha visto cómo el respeto mutuo está atravesado por cuestiones tan complementarias como el amor propio, la autonomía o la narración. Desandando un poco el camino recorrido durante el peculiar año 2020 con el SEIT, y volviendo la vista y los afectos atrás, quizá se pueda decir con cierta confianza, que significó un espacio entre desde la virtualidad en el cual se alcanzó a ser investigadores en formación (de pronto en la vida todos lo son de un modo u otro), identificando(nos) como personas con el cuerpo confinado, pero con la certeza de que a la imaginación y a la inteligencia no se las puede encerrar. Con la confianza, tal vez con la terquedad, de que ser escuchados es una necesidad vital, y que saberse escucha u oyente, es un compromiso para combatir el silenciamiento4.

(In)utilidad: la importancia de lo mínimo

Es común que en la escuela a medida que se avanza, los estudiantes vayan pasando de hacer preguntas a construir respuestas. Quizá esto se deba, al menos en parte, a la búsqueda de explicaciones con asiento en lo verosímil que tanto ha inculcado el mundo moderno. Sin embargo, las manifestaciones infantiles y sensibles dentro y fuera de la escuela recuerdan -e interpelan-, que la imaginación puede crear y recrear universos partiendo de lo más mínimo5. En un libro peculiar e inclasificable, como es Lo infraordinario de Georges Perec (2008), hay verdaderos experimentos literarios que escudriñan la cotidianidad hasta llevarla a sus propios límites. Por ejemplo, la descripción minuciosa de la calle en la que Perec pasó su niñez, donde cuenta los palimpsestos de las construcciones a través de visitas realizadas posteriormente durante más de seis años. O también el inventario pereciano de los alimentos engullidos por el autor en el año 1974. Estos son ejercicios con una gran inventiva, caracterizados por un estilo directo sorprendente.

¿Acercamiento a qué? Se denomina el que podría ser el prefacio del libro escrito por el propio Perec. Son poco más de tres páginas en las que el también autor de Las cosas, presenta una suerte de manifiesto de lo que sería el germen de una mirada, el esbozo de una manera para interpretar la realidad. La invitación que hace Perec es a preguntar por fuera de lo extraordinario, como los niños y las niñas que ven lo aparentemente insignificante con asombro y por ello desean cuestionarlo, porque lo advierten y quieren atrapar ese momento o esa cosa que de un modo u otro ha despertado su curiosidad y su sorpresa. “Cómo hablar de esas cosas comunes, más bien cómo acorralarlas, cómo hacerlas salir, arrancarlas del caparazón al que permanecen pegadas, cómo darles un sentido, un idioma: que hablen por fin de lo que existe, de lo que somos” (Perec, 2008, p. 23).

El día 31 de julio del año 2020 el profesor italiano Nuccio Ordine fue invitado por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) de Colombia a su espacio virtual Charlas con Maestros. Su exposición se tituló Una escuela para la vida: la importancia de los buenos profesores y el conocimiento inútil, en ella presentó un escrito maravilloso en el que sintetizó varias de sus principales ideas y muchos de sus referentes intelectuales, algunos de los cuales se sitúan en Colombia. Este evento es crucial no solo porque puede ser la introducción ideal al pensamiento del profesor Ordine, sino también porque en ese momento, justo cuando en el país eran poco más de las 7am y sobre el municipio de Fusagasugá asomaban ya los rayos del sol, empezó a surgir todo un conjunto de conexiones, sentidos y significados frente a las palabras del profesor Ordine, tamizadas de manera general por el devenir vital, y de manera particular, por la experiencia del SEIT.

Precisamente, una de las ideas más potentes de la exposición del profesor Ordine, tiene que ver con esta cita que aparece en su libro La utilidad de lo inútil, el cual, dicho de paso, cuenta con más de 20 ediciones: “sólo el saber -poniendo en cuestión los paradigmas del beneficio- puede ser compartido sin empobrecer. Al contrario, enriqueciendo a quien lo transmite y a quien lo recibe” (Ordine, 2013, p. 111). Se trata de una máxima sencilla pero tremendamente contundente por cuanto atiende a una característica esencial del saber y es que se construye colectivamente; es su verdadera dimensión y cobra importancia cuando es compartido, puesto en común, verbalizado y comunicado con y para otros. Es imposible dejar de pensar en el ejercicio docente, pues el profesor Ordine resalta el trabajo que implica la enseñanza y el aprendizaje constantes, sugiriendo que la labor de educar cuestiona y combate de cierto modo la lógica del beneficio que busca resultados inmediatos y todo lo percibe en términos de ganancias y pérdidas.

En el marco de su cuestionamiento a la noción moderna de utilidad que tanto se divulga, ya no solamente en ámbitos empresariales y organizativos (en los cuales es perfectamente aplicable), sino que se ha venido extendiendo a escuelas, universidades y centros de estudio e investigación, Ordine la contrapone permanentemente desde distintos enfoques, disciplinas y autores. Así, con una profunda erudición dice, por ejemplo, que Tolstoi, el reconocido escritor ruso, sólo considera útil a aquello que es capaz de mejorar al hombre. Al tiempo, cuenta que para Italo Calvino “los clásicos mismos no se leen porque deban servir para algo. se leen tan sólo por el gusto de leerlos, por el placer de viajar con ellos, animados únicamente por el deseo de conocer y conocernos” (Ordine, 2013, p. 75).

Ahora bien, dentro del recorrido que supuso la experiencia SEIT, las reflexiones en torno a la utilidad de lo inútil que aborda el profesor Ordine, impulsaron búsquedas e inquietudes en al menos dos direcciones. En primer lugar, contribuyeron a eludir el lenguaje de los productos y subproductos que operan como el resultado medible y cuantificable de un proceso que se asimila muchas veces al de una cadena de producción fordiana, el cual valora el ejercicio de la investigación con base en el número de artículos o papers producidos, y a su vez, observa con lupa si estos fueron o no publicados en revistas de tal o cual categoría; o si se hizo uso de tales o cuales normas de citación, refiriéndose a autores o instituciones como si se tratara de verduras o frutas de temporada.

No, un no rotundo y disonante por cuanto el quehacer investigativo, así como la labor de educar, no pueden ser subsidiarios de estas formas que muchas veces en lugar de potenciar las capacidades asociadas a la curiosidad, al arte de preguntar u observar o leer la realidad, lo que hacen es encadenarlas en función de estadísticas y escalas que parecen más interesadas en mantener el mercado investigativo dentro de los límites de una oferta y demanda censurables, que en elevar la dignitas hominis6 como la llamaría el mismo profesor Ordine. Si bien los procesos investigativos exigen acciones guiadas tanto por lineamientos éticos como por orientaciones procedimentales y de validación, su devenir debe ampliar el horizonte de libertad y dignidad de los sujetos investigadores, así como respetar en grado sumo la vida, sentires, afectos y emociones de los sujetos protagonistas de la investigación.

Por último, hemos visto brevemente la necesidad de divorciar las nociones y prácticas de conocimiento y utilidad al menos dentro del quehacer que implica la investigación en la escuela, por cuanto lo significativo de su exploración es irreductible al producto o subproducto obtenido. Del mismo modo, lo que entraña y representa un proceso formativo no se puede reducir ni mucho menos a un mero papel con un nombre y las palabras diploma o graduación; de la misma manera en que leer un libro valioso va mucho más allá de llegar al punto final que lo concluye. Ser conscientes de esto es con Perec: “recuperar algo del asombro que experimentaron Julio Verne o sus lectores frente a un aparato capaz de reproducir y transportar el sonido. Porque existió ese asombro, y otros miles, y fueron ellos los que nos moldearon” (Perec, 2008, p. 23).

Conclusiones

Pese a la irrupción intempestiva de la epidemia del COVID-19 en el planeta y en el país, la educación como la vida no se detuvieron. Asimismo, los sueños y anhelos por aprender y aprovechar las escasas oportunidades que brinda Colombia en materia de investigación no claudicaron, sino que por el contrario florecieron y se ensancharon, un poco como lo hacen esas plantas que sobreviven y hasta reverdecen cuando las condiciones externas son duras... y lo seguirán siendo. Las posibilidades de investigar y de contar con el apoyo del Programa Ondas y MinCiencias les brindó abono y riego a los deseos de investigar y a hacerlo desde una institución oficial en un lugar que no es una gran ciudad, en medio de una anormalidad que cada vez más rimaba con adversidad. Sin embargo, la capacidad de seguir adelante y de atreverse a imaginar otros mundos desde lo que significa investigar, no lo pudo detener ni siquiera esta situación de rupturas y sombras pandémicas.

Esta capacidad de sobreponerse nos habla de la importancia y la necesidad de apoyar a los niños, niñas y jóvenes en explorar sus inquietudes, esperanzas y propósitos, desde y hacia otros enfoques que complementen lo puramente académico. El currículo no basta porque su imaginación no conoce de límites, y por tanto, corresponde ofrecer otras posibilidades para que crezcan, tropiecen y sigan caminando; para que miren hacia atrás sin dejar de hacerlo hacia adentro, y no solamente hacia adelante. Los docentes, estudiantes y padres de familia de Colombia hemos dado muestras de coraje cuando, pese a las dificultades, hemos continuado enseñando y aprendiendo desde un equipo que funciona a medias, o desde “la lomita donde agarra la señal a veces”, o desde las distancias insalvables que imponen no solo nuestra geografía sino más que nada nuestras tremendas desigualdades sociales.

Requerimos mucho más apoyo para que desde la escuela sigan surgiendo iniciativas que exploren, cuestionen, investiguen, creen, divulguen, expresen, reconozcan, convivan, interpelen, tropiecen, germinen, desplieguen y fortalezcan los sueños y las esperanzas de quienes habitamos esa realidad múltiple y compleja que acostumbran a llamar de manera un poco fría: institución educativa, pero que no por ello deja de ser todo un universo que las violencias y aún la cuarentena no han podido acallar. Y como dijera Bob Dylan (1963): “y lo contaré, lo diré, lo pensaré y lo respiraré, y lo reflejare desde la montaña para que todos puedan verlo…”

Cuando la cuarentena apenas iniciaba, nos pudimos acercar a un libro crucial, casi que vital y hermosamente triste, titulado Contra toda esperanza, el cual justamente abre este documento con un epígrafe. Ahora, que volvemos un poco la vista atrás, y tratamos de verter en palabras lo que fue la experiencia de SEIT, podemos hacer una analogía con el título de este bello libro en inglés, cuya traducción un tanto gélida (aunque no sabemos si más exacta) sería algo como: Contra todo pronóstico. Pues bien, salvando las distancias entre lo que fue nuestro recorrido y las durísimas vivencias de los protagonistas del libro, un poco esto significó para nosotros vivirlo, hacerlo y finalmente comunicarlo: un pequeño logro contra todo pronóstico.

Referencias

  1. Arboleda, D. Castaño, y D., Jiménez, M. (2016). Impacto del programa Ondas en las experiencias de innovación de los estudiantes y docentes del municipio de Marquetalia. Universidad de Manizales. 🠔
  2. Arendt, H. (2010). Lo que quiero es comprender: sobre mi vida y mi obra. Trotta. 🠔
  3. Arendt, H. (2005). La condición humana. Paidós. 🠔
  4. Bonnett, P. (2013). Lo que no tiene nombre. Alfaguara. 🠔
  5. Bonnett, P. (2000). José Watanabe, guardián de la poesía. El Tiempo. 🠔
  6. Bruder, J. (2020). País nómada: supervivientes del siglo XXI. Capitán Swing. 🠔
  7. Buitrago, N. (2017). Aporte del programa Ondas en la creación de imaginarios sociales de convivencia escolar pacífica en estudiantes que han participado del programa. CINDE y Universidad de Manizales. 🠔
  8. Dylan B. (2016). Letras completas 1962 - 2012. Malpaso. 🠔
  9. Graupera, J (2020). La soberbia. Fragmenta. 🠔
  10. Mandelstam, N. (2012). Contra toda esperanza. Acantilado. 🠔
  11. Ministerio de Educación Nacional (2020). Una escuela para la vida: la importancia de los buenos profesores y el conocimiento inútil. En: https://www.youtube.com/watch?v=A0r7tlUxKp0 [URL] 🠔
  12. Nuñez, J. (2017). Evaluación de impacto del programa Ondas de Colciencias. Fedesarrollo. 🠔
  13. Ordine, N. (2013). La utilidad de lo inútil. Acantilado. 🠔
  14. Perec, G. (2008). Lo infraordinario. Impedimenta. 🠔
  15. Sennett, R. (2012). El respeto: sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad. Anagrama. 🠔
  16. Verano, C.A. (2018). Voces y vivencias infantiles: recorrido comprensivo sobre la niñez y la subjetividad. Infancias Imágenes, v. 17,n. 2, pp. 133-146. https://doi.org/10.14483/16579089.13273 [URL] 🠔
Se puede consultar y ampliar en: [uri href="http://ondas.minciencias.gov.co/programa-ondas"]http://ondas.minciencias.gov.co/programa-ondas[/uri]
Para profundizar en el tema de la desigualdad ver: Dubet (2015) y Tilly (2000).
De hecho este ejercicio se puede observar en la primera parte del libro de ( Sennett (2012) ), donde además de sus recuerdos de Carbrini en Chicago, nos va hablar de su relación desafiante con la música clásica como intérprete del violonchelo. Sobre esta cuestión, en palabras de ( Jessica Bruder (2020) ) “Lo cierto [...] es que la gente puede debatirse contra las dificultades y mantener al mismo tiempo el optimismo, incluso frente a las más duras pruebas. Eso no significa que nieguen la realidad, sino más bien demuestra la extraordinaria capacidad de adaptación del ser humano, sus dotes para buscar un sentido y forjar alianzas cuando se enfrenta a la adversidad.” p. 215.
Para ampliar la noción de silenciamiento consultar: Castillejo (2016).
Resulta inspirador el breve poema La verdad de la mentira de Ángel Hernández: [uri href="https://www.zendalibros.com/laverdad-de-la-mentira-de-angel-gonzalez/"]https://www.zendalibros.com/laverdad-de-la-mentira-de-angel-gonzalez/[/uri]
Es uno de los grandes temas, con el amor y la verdad, que, según Ordine, a lo largo de la historia han tenido un peso decisivo en la vida de los hombres y que, por tanto “son dominios que nos demuestran que el poseer se revela, por sí mismo como una fuerza negativa y devastadora” ( Ordine, 2013 )
Verano-Camayo, C.A., y Quimbay-Rincón, A. (2021). El quehacer investigativo en la escuela: entre quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educación y Ciudad, n. 41, pp. 243-257

Referencias

Arboleda, D. Castaño y D. Jiménez, M. (2016). Impacto del programa Ondas en las experiencias de innovación de los estudiantes y docentes del municipio de Marquetalia. Universidad de Manizales.

Arendt, H. (2010). Lo que quiero es comprender: sobre mi vida y mi obra. Trotta.

Arendt, H. (2005). La condición humana. Paidós.

Bonnett, P. (2013). Lo que no tiene nombre. Alfaguara.

Bonnett, P. (2000). José Watanabe, guardián de la poesía. El Tiempo.

Bruder, J. (2020). País nómada: supervivientes del siglo XXI. Capitán Swing.

Buitrago, N. (2017). Aporte del programa Ondas en la creación de imaginarios sociales de convivencia escolar pacífica en estudiantes que han participado del programa. CINDE y Universidad de Manizales.

Dylan B. (2016). Letras completas 1962 - 2012. Malpaso.

Graupera, J (2020). La soberbia. Fragmenta.

Mandelstam, N. (2012). Contra toda esperanza. Acantilado.

Ministerio de Educación Nacional (2020). Una escuela para la vida: la importancia de los buenos profesores y el conocimiento inútil. En: https://www.youtube.com/watch?v=A0r7tlUxKp0

Nuñez, J. (2017). Evaluación de impacto del programa Ondas de Colciencias. Fedesarrollo.

Ordine, N. (2013). La utilidad de lo inútil. Acantilado.

Perec, G. (2008). Lo infraordinario. Impedimenta.

Sennett, R. (2012). El respeto: sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad. Anagrama.

Verano, C.A. (2018). Voces y vivencias infantiles: recorrido comprensivo sobre la niñez y la subjetividad. Revista Infancias Imágenes, v.17, n.2, pp. 133-146. https://doi.org/10.14483/16579089.13273

APA

Verano Camayo, C. A. . y Quimbay-Rincón, A. (2021). El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educación y Ciudad, (41), 243–257. https://doi.org/10.36737/01230425.n41.2635

ACM

[1]
Verano Camayo, C.A. y Quimbay-Rincón, A. 2021. El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educación y Ciudad. 41 (jul. 2021), 243–257. DOI:https://doi.org/10.36737/01230425.n41.2635.

ACS

(1)
Verano Camayo, C. A. .; Quimbay-Rincón, A. El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educ. ciudad 2021, 243-257.

ABNT

VERANO CAMAYO, C. A. .; QUIMBAY-RINCÓN, A. El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educación y Ciudad, [S. l.], n. 41, p. 243–257, 2021. DOI: 10.36737/01230425.n41.2635. Disponível em: https://revistas.idep.edu.co/index.php/educacion-y-ciudad/article/view/2635. Acesso em: 23 abr. 2024.

Chicago

Verano Camayo, Cristian Andres, y Angie Quimbay-Rincón. 2021. «El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad». Educación y Ciudad, n.º 41 (julio):243-57. https://doi.org/10.36737/01230425.n41.2635.

Harvard

Verano Camayo, C. A. . y Quimbay-Rincón, A. (2021) «El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad», Educación y Ciudad, (41), pp. 243–257. doi: 10.36737/01230425.n41.2635.

IEEE

[1]
C. A. . Verano Camayo y A. Quimbay-Rincón, «El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad», Educ. ciudad, n.º 41, pp. 243–257, jul. 2021.

MLA

Verano Camayo, C. A. ., y A. Quimbay-Rincón. «El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad». Educación y Ciudad, n.º 41, julio de 2021, pp. 243-57, doi:10.36737/01230425.n41.2635.

Turabian

Verano Camayo, Cristian Andres, y Angie Quimbay-Rincón. «El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad». Educación y Ciudad, no. 41 (julio 22, 2021): 243–257. Accedido abril 23, 2024. https://revistas.idep.edu.co/index.php/educacion-y-ciudad/article/view/2635.

Vancouver

1.
Verano Camayo CA, Quimbay-Rincón A. El quehacer investigativo en la escuela: entre los quiebres pandémicos y la reivindicación del respeto y la (in)utilidad. Educ. ciudad [Internet]. 22 de julio de 2021 [citado 23 de abril de 2024];(41):243-57. Disponible en: https://revistas.idep.edu.co/index.php/educacion-y-ciudad/article/view/2635

Descargar cita